“Estamos devastados por el reciente diagnóstico de cáncer de nuestro hijo mayor Noah”. La noticia, dada a conocer en diciembre por el cantante Michael Bublé, esposo de la actriz Luisana Lopilato, conmocionó a miles de argentinos. Luego algunos medios publicaron que el niño de tres años había superado el cáncer. La familia debió aclarar que solamente había superado la primera parte del tratamiento. Ocurre que la palabra “cáncer”, de por sí, impacta. Asusta y hasta se presta a confusión. “Lo que falta es una verdadera concientización de los problemas que sufre toda la familia que tiene un hijo con cáncer”, opinó Liliana Ramponi, de Flexer, fundación de ayuda a niños con cáncer y a su familia, en el Día Internacional del Cáncer Infantil
“No es un día de lucha contra la enfermedad sino de apoyo a las familias, que muchas veces tienen grandes inconvenientes para llegar a los tratamientos, ya sea por la distancia o por la falta de recursos económicos”, indicó la representante de Flexer, que apoya en Tucumán a 120 familias de niños con cáncer. “Este día fue instituido por una organización de padres de niños con cáncer en 2011 para que la gente demostrara el apoyo a todos los chicos y a sus familias. Por eso pedimos que este día la comunidad se ponga la camiseta de los pacientes con esta problemática”, señaló.
“Para mucha gente el cáncer infantil es sinónimo de muerte. No es así. El 70 % de los chicos que padecen esta enfermedad se cura. Los tipos de cáncer más comunes en los niños son: la leucemia y después, en un porcentaje menor, los tumores y linfomas. Tucumán espera por año alrededor de 60 casos nuevos de chicos de 0 a 14 años. No hay datos estadísticos de los jóvenes de 14 a 21 años, sencillamente porque los hospitales son los que llevan las estadísticas y esa franja etaria es tratada como adultos”, explicó.
Cuando una familia tiene un hijo con cáncer la vida se le da vuelta. Por eso es que Luisana Lopilato y su marido debieron suspender todas las actividades profesionales que tenían. Hay muchos estudios y consultas médicas que realizar.
La fundación Flexer ayuda a los padres a agilizar los trámites que necesiten hacer. “Les armamos el expediente para llevar al hospital así no tienen que andar deambulando con papeles por lugares que no conocen”, explica Ramponi. Pero además la fundación cuenta con un espacio a media cuadra del hospital de Niños, en pasaje Camaño 820, altura Rondeau 850, para que los niños esperen allí su turno con el médico. “Tenemos un grupo de Whatsapp con los médicos oncólogos que nos avisan cuando deben ir al hospital”. La espera entonces no es penosa sino divertida y las madres se sienten más acompañadas.